Campo de Trabajo de Arte y Discapacidad
Hoy vengo a hablaros de unas de las experiencias más increíbles que he podido tener a lo largo de mi vida. Se trata del Campo de Trabajo de Arte y Discapacidad (se llama campo de trabajo pero no maltratan a nadie que más de uno ya me lo ha preguntado, jaja). Éste se celebra en la ciudad de Valencia durante la segunda quincena de julio y el cual tuve la oportunidad de disfrutar en dos ocasiones, en los años 2006 y 2008.
Bien, os explico rápidamente en qué consiste dicha experiencia: básicamente se trata de
una convivencia total entre personas con y sin diversidad funcional venidas de toda España, haciendo
actividades que casi todas de ellas se relacionan con el mundo de las artes
plásticas y escénicas. Y además de ello, tareas de limpieza para mantener todo
en orden y en condiciones.
Es una especie a Gran Hermano de la discapacidad ya que vas
allí sin conocer apenas a nadie, pero al
final de las dos semanas cuando ya se acaba acabas llorando como una madalena. Lo
digo porque ya me ha pasado dos veces. Sí, soy un llorón ¿Qué le vamos hacer?
Entre las actividades que más me molaron estaban el
bodypaint, que se trata de pintar una lona con tu cuerpo como pincel, esto
añadido que se hace con todos los participantes a la vez pues mola más, magreo
magreo, jajaja. Así como, una yincana pero el centro de Valencia donde os
aseguro que si tenéis vergüenza la perdéis de golpe ya que te hacen bailar por
la calle o convencer a la gente para que se haga una foto contigo haciendo alguna
figura. O también me gustaba muchísimo cuando nos dejábamos notitas en unos sobres
que nos hicimos y que todavía los guardo como un tesoro (yo me metía con la gente, era una cabrón xD). Pero la
actividad estrella era hacer un baile que ensayábamos durante dos semanas y el
último día se hacía en pleno centro de Valencia.
La verdad que cada vez que me pongo a recordar lo que viví
allí me entra un sentimiento de mezcla entre alegría por haber tenido la
oportunidad de vivirlo, y nostalgia por querer repetir alguna vez (a pesar de
que nunca me cansaría de repetir)
Esto se debe que en sitios como este no existen las barreras
sociales que nos podemos encontrar en el día a día, en estos tiempos que poca
gente se mira a la cara cuando sale a la
calle. Por eso, el haber realizado dos veces el campo de trabajo de arte y
discapacidad cambió mi manera de ver el mundo y a aprender a valorar más los
pequeños detalles del día día, una mirada, una caricia, un gesto de ayuda…
En definitiva, si hoy en día soy de la manera que soy, para
bien o para mal, una poca de culpa la tiene el haber hecho este campo de trabajo que os reconcomiendo
que hagáis, si no este, otro, pero que podáis disfrutar de este tipo de experiencias alguna vez en
vuestra vida. Ya tengáis discapacidad o
no.
Una de las mejores experiencias de mi vida sin lugar a dudas, gente increíble y sentimientos explosivos. Recomendable para todo el mundo!!
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